Nicolás Miranda Olivares
El 19 de noviembre se celebraron las elecciones generales para elegir a presidente, diputados, senadores y concejeros regionales. Estas elecciones se enmarcan dentro del proceso político y social por el que atraviesa Chile desde 2019, y que se abrió con el denominado estallido o revuelta social. El primer proceso electoral de este periodo fue el plebiscito sobre la posibilidad de redactar una nueva constitución, donde la opción “Apruebo una nueva Constitución” se impuso con el 78.27% de las preferencias. En este mismo proceso electoral, la opción “Convención Constitucional” como órgano encargado de redactar la Constitución también venció ampliamente con 78,99% de los votos.
Luego, en mayo de este año se realizaron las elecciones para convencionales constituyentes. Al utilizar el mismo sistema electoral para la elección de diputados y diputadas, se dio una alta fragmentación ya que ningún partido/lista logró una mayoría abrumadora. A pesar de que la coalición de derecha fue quien mejor resultado obtuvo de las tres listas de partidos, estos no lograron el tercio de los y las constituyentes que le daría poder de veto al interior de la asamblea, lo que significó un duro revés para el Gobierno y sus partidos. La gran sorpresa fue el alto número de independientes electos, en particular la “Lista del Pueblo”, con 26 constituyentes. En total, fueron 48 los y las constituyentes electas que provienen fuera de los partidos tradicionales, casi un tercio del total.
Ante este panorama de triunfos para cambiar el status quo y con predominancia de la izquierda en la elección de convencionales, los resultados de estas elecciones generales constituyen un cambio importante de dirección y en la idea de que existe un gran consenso social de transformación. La elección presidencial reciente representa el mayor giro electoral desde el retorno democrático, puesto que las dos principales candidaturas que pasan a segunda vuelta no pertenecen a las dos coaliciones tradicionales del sistema político chileno. En estas elecciones se presentaron siete candidaturas:
-Sebastián Sichel (Independiente), se presentó por la coalición oficialista de derecha compuesta por tres partidos (Unión Démocrata Independiente, Renovación Nacional, Evolución Política) al imponerse en las primarias realizadas por la coalición para la definición de su candidato.
-Yasna Provoste (Demócrata Cristiana), senadora en ejercicio, fue la candidata de la coalición de centro izquierda “Nuevo Pacto Social” conformado por la Democracia Cristiana, Partido Socialista, Partido por la Democracia, Partido Radical, Ciudadanos y Partido Liberal.
-Gabriel Boric (Convergencia Social), actual diputado, es el candidato de la coalición “Apruebo Dignidad” compuesta por Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes, Partido Comunista y la Federación Regionalista Verde Social) ganó su nominación en primarias a Daniel Jadue del Partido Comunista.
-José Antonio Kast (Partido Republicano), ex diputado UDI, se presentó en las elecciones de 2017 como independiente. En esta oportunidad lo apoyaron el Partido Republicano y el partido Conservador Cristiano.
-Franco Parisi (Partido de la gente) outsider, es su segunda candidatura presidencial, pero en esta oportunidad fundó el Partido de la Gente.
-Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista). Fue el último en inscribir su candidatura, ya que se encontraba inhabilitado para ejercer derecho a sufragio y a presentarse a cargos de elección popular debido a investigaciones por financiación irregular, pero el Tribunal Constitucional dictaminó que se le restituyeran sus derechos políticos. Fue su cuarta candidatura presidencial.
-Eduardo Artés (Unión Patriótica), candidato por la lista “Unión Patriótica”. Es el candidato con posiciones más radicales de izquierda. Es la segunda vez que se presenta a la presidencia.
Durante este año, y una vez definidas las candidaturas de los diferentes pactos, las encuestas daban una ventaja relativa a Gabriel Boric, mientras que Sebastián Sichel se ubicaba en segundo lugar. Sin embargo, una serie de hechos jugaron en su contra, y su candidatura como representante de la derecha fue perdiendo fuerza en favor de José Antonio Kast. La relación de Sebastián Sichel con los partidos de su coalición nunca estuvo afianzada del todo, ya que su estrategia fue explotar el ser independiente, dejándo muy poco margen de influencia a los partidos. Amenazó a quienes estuvieran de acuerdo con votar a favor de un cuarto retiro de los fondos de pensiones, lo que no fue bien recibido por los parlamentarios. Asimismo, la UDI le pedía que aceptara un acuerdo de apoyo mutuo en caso de no pasar a segunda vuelta con José Antonio Kast, y algunos de sus candidatos anunciaban que apoyarían a este último y no a Sichel.
Como consecuencia, los resultados de la elección presidencial dieron como ganador a José Antonio Kast (27,91%) como candidato de la derecha chilena, seguido de Gabriel Boric (25,83%) en el ala izquierda. Como ha sido la dinámica en Chile desde la elección de 1999, al no obtener mayoría absoluta, es necesario recurrir a una segunda vuelta o ballotage. En tercer lugar, la sorpresa fue Franco Parisi (12,80%), quien ni siquiera estuvo en el país durante toda la campaña. Sólo en cuarto y quinto puesto quedaron las candidaturas de las coaliciones tradicionales, Sebastián Sichel (12,78%) y Yasna Provoste (11,60%).
Para algunos, estos resultados en las elecciones presidenciales son evidencia de la “la crisis, si no el colapso, del sistema chileno de partidos” (Funk, 2021). Sin embargo, esta observación se puede matizar, primero porque en esta elección el voto estuvo altamente fragmentado entre cinco candidatos ysegundo, tal como se verá a continuación, los resultados en las elecciones del congreso muestran que en esa arena los partidos tradicionales siguen siendo dominantes.
El resultado es reflejo de la polarización que atraviesa la sociedad chilena desde el “estallido” o “revuelta” social, yes una reacción a la inestabilidad política, social y económica. Las dos candidaturas que pasaron a segunda vuelta se encuentran en los extremos de la oferta política y representan claramente dos opciones políticas y progrmáticas diferenciadas.
Kast es un reconocido defensor del régimen militar de Pinochet, sus propuestas son equiparables a las de la derecha radical europea, centradas en el orden y seguridad, con énfasis en los elementos nacionales, conservadores (como derogar la ley de inclusión, tres causales de aborto, y fortalecimiento de la familia) y en la economía de mercado, incluso en áreas sociales como Salud, educación –derogando la actual reforma- y pensiones. Además del agitan la bandera del anticomunismo y contra la revuelta social. Tal como se denominan, son la “Nueva Derecha, una opción política determinada a retomar la batalla cultural, ideológica y programática para retomar el camino de la verdadera dignidad humana y el desarrollo”.
Por su parte, Boric se ha centrado en el discurso que ha dominado desde la revuelta social, articulando demandas de mayor justicia social, fortalecimiento del Estado para encaminar un Estado de bienestar fuerte, aumento del gasto fiscal financiado con un aumento en la carga tributaria a los grandes patrimonios, empresas y mineras, entre otros. Pretende ampliar la gratuidad en la educación superior, condonación de la deuda universitaria (CAE).
Como se puede ver, son múltiples los temas que enfrentan a ambas candidaturas. La segunda vuelta obliga a la búsqueda de apoyos por parte de los candidatos y a la definición por parte de los partidos y candidaturas perdedoras. Los partidos de centro-izquierda han dado su apoyo a Boric, argumentando el retroceso político y social que significaría un triunfo de Kast. Por otra parte, los partidos de derecha han hecho lo propio con Kast, con un discurso de frenar la llegada del comunismo y los problemas económicos que traería un gobierno de Boric. De esta manera, la polarización del sistema político y del electorado activo se ve acentuada aún más.
Elecciones Congreso
A diferencia de las elecciones presidenciales donde los apoyos favorecieron a las candidaturas de partidos más nuevos, en las legislativas los resultados se centraron en los partidos tradicionales. Esto no quiere decir que partidos/coaliciones nuevas como el Frente Amplio, Republicano o el Partido de la Gente no obtuvieran representación. Por el contrario, los efectos del nuevo sistema electoral se han hecho más evidente, con un aumento de la fragmentación y con ello, una mayor diversificación de la representación principalmente en la cámara baja.
Resultados elección Cámara de Diputados Chile 2021
Fuente: Servel
Tal como se observa en la tabla 1, la lista con la primera mayoría relativa la obtuvo Chile Podemos +, de derechas y compuesta por RN (25), UDI (23), EVOPOLI (4) y PRI (1). Le siguen las dos coaliciones de izquierdas “Apruebo Dignidad” y de centro-izquierda “Nuevo Pacto Social”, obteniendo el mismo número de escaños, pero con un mayor porcentaje de votación para la primera. En el caso de Apruebo Dignidad, el Partido Comunista es quien más diputados obtuvo (12), seguidos de CS (9), RD (8), Comunes (6) y FRVS (2). En Nuevo Pacto Social, el Partido Socialista ganó 13 escaños, PDC (8), PPD (7), PL (4) y PR (4). El frente Social Cristiano obtuvo 15 diputados, 14 de ellos pertenecientes al Partido Republicano. Finalmente, una serie de partidos pequeños lograron representación, como el Partido de la Gente, el Partido Humanista o Partido Ecologista Verde. Dada la necesitad de conformación de mayorías en el congreso, el resultado de estos partidos es de gran importancia. Aunque Kast o Boric lograran llegar a acuerdos con las coaliciones tradicionales, seguirán necesitando el apoyo de estos partidos pequeños.
Resultados elección Senado Chile 2021
Fuente: Servel
Las elecciones en el senado corresponden a una renovación parcial de la cámara alta. Se disputaban 27 asientos, completando la conformación establecida en la reforma que aumentó el número de diputados y senadores. En este caso, el senado quedará conformado por 50 asientos. Como se observa en los resultados de la tabla 2, la lista de derecha fue quien obtuvo mejor resultado (12), seguido por la coalición de centro-izquierda. Mientras que las coaliciones de los dos candidatos a la presidencia obtuvieron cinco, Apruebo Dignidad tiene cuatro, dos pertenecientes al Partido Comunista quienes por primera vez desde el retorno democrático estarán en el Senado, y dos la Federación Regionalista Verde Social. Por su parte, El Partido Republicano obtuvo un senador.
La alta fragmentación de ambas cámaras será un problema para quien resulte electo presidente ya que tendrá que negociar con múltiples actores para poder sacar adelante su agenda legislativa. Ningún candidato cuenta con mayoría. Es más, el peso de sus partidos y coaliciones electorales es bajo si consideramos el tamaño de ambas cámaras. En el caso de José Antonio Kast, su apoyo directo en la cámara baja es de 15 diputados (9,67%), y en el senado sólo tiene un senador (2%). Por su parte, la coalición que acompaña a Gabriel Boric cuenta con 37 escaños (23,87%) en la cámara baja y 5 (10%) en el senado.
Si tomamos en cuenta los apoyos de los diferentes partidos de cara a la segunda vuelta presidencial, en la cámara de diputados se observa una mayoría (mínima) hacia Gabriel Boric (Apruebo Dignidad, Nuevo Pacto Social, Humanistas y Verdes), por lo que José Antonio Kast se verá enfrentado a una cámara con mayoría de oposición, convirtiéndoles en el principal actor de veto.
En el caso del Senado, el panorama se invierte. Los resultados de estas elecciones, sumado a los senadores y senadoras que están a mitad de su mandato, el panorama queda balanceado a favor de la coalición de derecha con 25 escaños, mientras que los partidos de centro-izquierda lo hacen con 23. Los otros dos escaños pertenecen a independientes. Por una parte, está Fabiola Campillai, una de las víctimas más emblemáticas del periodo de movilizaciones de 2019. Mientras esperaba el autobús, un agente policial disparó un bote de gas lacrimógeno a corta distancia, el cual impactó en su cara y le dejó entre otras secuelas, sin vista, olfato y gusto. El otro independiente es Karim Bianchi, actual diputado (por un cupo de la “Nueva Mayoría”, ahora “Nuevo Pacto Social”), reemplaza a su padre en el senado, con una representación territorial, tiene una mayor libertad para negociar y actuar. De esta manera, el senado se convertiría en el principal aliado para Kast en el congreso y el actor de veto para Gabriel Boric.
Quien resulte electo tendrá que lidiar con un congreso fragmentado en un clima polarizado. a lo que, además, se deberá sumar el proceso constituyente actual, las decisiones que puedan tomar los y las convencionales y el plebiscito de salida. Todo parece indicar que el periodo de inestabilidad política y social aun no termina, gane quien gane la segunda vuelta de la carrera presidencial.