Apilar las cartas (para que no se caiga). Construcción de coaliciones electorales en Argentina, 1995-2015.

Facundo Cruz

 

Los partidos políticos son organizaciones relativamente estables. Algunos duran más, otros menos, otros demasiado poco y otros lo suficiente. Como tales, se nutren de dirigentes, militantes, funcionarios públicos y líderes que trazan una determinada estrategia para sostenerse en el tiempo. Para lograr los objetivos propuestos, necesitan de recursos políticos de distinto tipo, de los cuales se destacan dos muy importantes: recursos humanos encargados de llevar a cabo las campañas electorales y recursos monetarios provistos por el financiamiento (público o privado).

¿Qué ocurre cuando los que compiten son muchos? ¿Cómo pueden sobrevivir si lo disponible para repartir es limitado? Si no todos tienen la misma fortaleza electoral para hacerlo, ¿cuál es la clave para alcanzar sus objetivos organizacionales? Acuerdan. Logran consensos. Forman coaliciones.

De esto trata este post. Es una síntesis de un paper en producción nacido de mi tesis doctoral, la cual se centra en las decisiones estratégicas que toman las elites partidarias a la hora de construir coaliciones electorales en sistemas partidarios multinivel. Estos procesos políticos pueden ser entendidos como un castillo de naipes (house of cards): las cartas se van uniendo, apoyadas unas en otras y permitiendo que se apilen niveles de distintas cartas unas arriba de otras hasta llegar a formar la pirámide.

Argentina no escapa a esta tendencia regional. La construcción coalicional se ha acrecentado como una respuesta estratégica al proceso de “territorialización” partidaria que ha caracterizado al país en las últimas dos décadas (Calvo y Escolar 2005, Leiras 2007, Varetto 2017). Un sistema partidario desnacionalizado aumenta los incentivos para que se formen coaliciones electorales. Las elites partidarias, de esta manera, toman determinadas decisiones para lograr sus propios objetivos individuales y para que las organizaciones partidarias de las que forman parten sobrevivan. Al hacerlo, pueden seguir dos modelos posibles: acordar por difusión territorial, o bien por penetración territorial (Panebianco 1990). Cada camino impacta en el grado de acuerdo que alcanzan las elites: mientras que las primeras tienden a lograr mayor grado de acuerdo entre los partidos que las integran, las segundas logran menores.

El artículo se organiza de esta manera. Primero, sintetizo algunos supuestos teóricos básicos. Segundo, menciono algunas pautas metodológicas del trabajo. Tercero, resumo los hallazgos empíricos. Y cuarto, dejo abiertas algunas puertas de investigación futura (las cuales habrá que cruzar).

 

Teoría para estudiar coaliciones electorales multinivel

Las coaliciones electorales pueden construirse por penetración territorial. En estos casos, la construcción de la coalición se realiza desde un centro político que controla, estimula y desarrolla su crecimiento y extensión hacia la periferia. Ese “centro político” está asociado geográficamente a un determinado distrito desde el cual se buscar dar el “salto” de la coalición hacia otras provincias o regiones, para aumentar el caudal electoral y posicionar a los candidatos, el programa de gobierno, el logo, etc. Está representado en una mesa directiva de dirigentes que define los plazos, las etapas y los tiempos en los cuales se procede para extenderla en el resto de los distritos. Adicionalmente, este crecimiento territorial se realiza sobre una estructura política que no siempre está presente en la mayor parte de los distritos.

En este proceso de construcción la relación entre el “centro político” y los dirigentes de otros distritos es asimétrica: es el primero el que tiene capacidad y autonomía decisora para definir candidaturas, (la mayoría de) los miembros de la coalición y el programa de gobierno, por ejemplo. A medida que la coalición se va extendiendo hacia otros distritos, quienes son los responsables provinciales de conformarla siguen los lineamientos generales establecidos en el centro. Esto no implica que los acuerdos partidarios que se conformen en otras provincias tengan nula capacidad decisora, sino que las cuestiones más relevantes que definen los plazos, las pautas y las reglas de construcción de la coalición multinivel son fijadas mayormente por el “centro político”.

Un modelo alternativo de construcción de la coalición es por difusión territorial. A diferencia del anterior, en estos casos la conformación del acuerdo se da por “generación espontánea” (Panebianco 1990, 110) entre los distintos partidos políticos que lo conforman. El modelo de construcción se lleva a cabo sobre una estructura política que ya se encuentra extendida en el territorio nacional. Las elites nacionales y provinciales acuerdan un nombre y un logo para la coalición, definen las candidaturas a distintos cargos en juego, establecen las reglas de convivencia, etc. Este proceso se lleva a cabo en una gran cantidad de distritos posibles de manera simultánea. Estas elites con asiento en las provincias deciden darle forma al acuerdo nacional, el cual queda se integra con acuerdos locales.

En este tipo de construcciones también hay un fuerte componente territorial pero, a diferencia del anterior, en el modelo de difusión no hay un alto grado de control de parte de un “centro”. Los partidos que conforman la coalición en cada distrito tienen un mayor grado de autonomía y capacidad decisora para definir cuestiones relevantes, como pueden ser las candidaturas en el distrito, la adaptación de la plataforma de gobierno al distrito específico, etc. Existen ciertos lineamientos generales establecidos que deben ser respetados por todos los distritos, pero se deja un mayor margen de acción a cada uno. El “bastión electoral” no es uno solo, sino que son varios los distritos desde los cuales se construye la coalición electoral multinivel. De esta forma, la relación entre las elites partidarias que integran la coalición es más simétrica: hay balance y equilibrio entre todos los distritos en los cuales se conforma el acuerdo.

El gráfico y la tabla a continuación permiten visualizar el esquema teórico planteado.

 

Gráfico N° 1. Construcción de coaliciones electorales multinivel por penetración y por difusión territorial

                                                                                                                                                    Fuente: Cruz (2019).

 

Tabla N° 1. Principales diferencias entre el modelo de penetración territorial y el modelo de difusión territorial.

                                                                                                                                                               Fuente: Cruz (2019). 

 

Síntesis metodológica[1]

Este trabajo se inscribe en una línea de investigación que destaca la importancia de estudiar fenómenos políticos complejos con N chico (George y Bennet 2005, Goertz y Mahoney 2012). Esto adquiere relevancia al estudiar política subnacional (Suárez-Cao, Batlle y Wills-Otero 2017) o multinivel: se pueden obtener inferencias causales válidas con un alto conocimiento de los casos estudiados. A partir del marco teórico desarrollado, planteo indagar en las 25 coaliciones electorales presidenciales para hacer foco en la relación entre el modelo de construcción coalicional y las estrategias de competencia definidas por las elites partidarias. Estos casos 1) compitieron entre 1995 y 2015 por los cargos de Presidente y Vicepresidente, y de diputados nacionales, que 2) obtuvieron más del 1,5% de los votos válidos emitidos.

        Grado de acuerdo electoral alcanzado

Esta variable busca capturar la estrategia electoral privilegiada por las elites partidarias. La construyo a partir de observar cada uno de los 25 casos de estudio en las 24 provincias del país para la competencia por el cargo de diputados nacionales entre 1995 y 2015 (total de 600 observaciones). Comparo integrantes de la coalición electoral presidencial versus integrantes de la coalición electoral legislativa: las unidades de observación son los partidos integrantes de los acuerdos que se presentan como tales ante la justicia electoral argentina y reconocidos por la legislación. Propongo una medida alternativa a la comúnmente utilizada en la literatura predominante (Cruz 2014) denominada grado de acuerdo electoral: tomo en cuenta de manera agregada si en el nivel de distrito (provincial) los integrantes de las coaliciones electorales presidenciales forman también una coalición electoral legislativa para diputados nacionales. En este sentido, observo y evalúo el nivel subnacional respecto del nivel nacional de competencia.

        Modelo de construcción coalicional

El modelo de construcción coalicional guarda una relación directa con el grado de acuerdo alcanzado por las elites partidarias. Para determinar en qué medida las coaliciones se forman por difusión territorial o por penetración territorial tomo en cuenta dos dimensiones.

En primer lugar, la mesa directiva de una coalición electoral multinivel: el conjunto de dirigentes que adoptan las decisiones estratégicas de la coalición. Ésta puede estar concentrada en un grupo reducido de bastiones electorales o puede distribuirse entre varios: mientras la mesa directiva concentre mayor cantidad de dirigentes de una provincia específica, más desequilibrada estará y será más desbalanceada; mientras que, si está más distribuida entre varios distritos, entonces será más balanceada. Un mayor balance contribuye a que el grado de acuerdo multinivel alcanzado por los actores sea mayor, mientras que el desbalance lo reduce.

La segunda dimensión del modelo de construcción coalicional es la estructura política con la que cuentan los socios. Todo acuerdo entre partidos políticos que buscan competir por determinados cargos públicos en juego necesita de organizaciones partidarias que estén localizadas en el territorio para presentar candidatos, movilizar el electorado, distribuir recursos, etc. Las elites partidarias que toman las decisiones estratégicas sobre la coalición electoral multinivel necesitan de una estructura partidaria para poder competir. Si la estructura partidaria está bien distribuida en el territorio, entonces se asocia al modelo de difusión territorial; caso contrario, seguirán el modelo de penetración territorial.

De la combinación de ambas dimensiones surge este esquema para ordenar los casos según el modelo de construcción coalicional.

 

Gráfico N° 2. Combinación de dimensiones mesa directiva y estructura política.

                                                                                                                 Fuente: elaboración propia.

 

La relación entre el modelo de construcción coalicional y el grado de acuerdo multinivel alcanzado

¿En qué medida existe una relación entre el modelo de construcción coalicional y el grado de acuerdo electoral alcanzado por las elites partidarias? Tal como mencioné anteriormente, la mesa directiva y la estructura política con la que las elites partidarias arman la coalición me permiten clasificar a los casos según un modelo de difusión territorial o de penetración territorial. En la siguiente tabla especifico este punto.

 

Tabla N° 2. Clasificación de los 25 casos según su mesa directiva, su estructura política y su modelo de construcción coalicional.

                                                                                                                                                                      Fuente: elaboración propia

 

Cada uno de estos casos alcanzó un determinado grado de acuerdo electoral multinivel entre las elites partidarias que impulsaron el acercamiento. Al cruzar la Tabla N° 2 con la N° 4 se puede apreciar la asociación entre ambas variables.

 

Tabla N° 3. Relación entre el modelo de construcción coalicional y el grado de acuerdo multinivel alcanzado para los 25 casos.

                                                                                                                                              Fuente: elaboración propia.

 

En un panorama general, las coaliciones que se formaron siguiendo el modelo de difusión territorial alcanzaron grados de acuerdo multinivel alto o medio alto (9 de los 13 casos, 69% del total). En contraposición, en todos los casos donde las elites partidarias que privilegiaron la formación de sus coaliciones por penetración territorial se logaron grados medio-bajos o bajos (100% de los casos). Solamente 4 casos son contradictorios (MFRC, ARI, FIT 11 y FIT 15). Los cuales, a su vez, se suman al grupo acuerdos partidarios de bajo grado.

La asociación entre el modelo de construcción coalicional y el grado de acuerdo alcanzado por las elites partidarias guarda relación con la distribución de los casos en cuatro grupos. La mayoría de las coaliciones peronistas siguieron un modelo de construcción por difusión territorial. Este hallazgo está matizado por un elemento no menor en el período estudiado en este trabajo: de los 20 años que transcurrieron entre 1995 y 2015, en 18 años el peronismo ocupó el rol de oficialismo nacional. Las coaliciones del Partido Justicialista (ConPJ 1999 y FPV 2007, 2011 y 2015) alcanzaron un grado alto o medio-alto de acuerdo multinivel mientras fueron los ocupantes de la Casa Rosada. El peso de ser oficialismo nacional puede ser un factor relevante de impacto: el oficialismo ordenó los acuerdos electorales multinivel, especialmente en lo que respecta a las listas de diputados nacionales. Al menos, en el caso del peronismo.

Los casos de coaliciones electorales multinivel no peronistas, en cambio, presentaron pequeñas diferencias que las distinguen de las anteriores. Son los casos del FREPASO (1995), la Alianza (1999), ConUNA (2007), Cambiemos y Progresistas (2015). Todos estos fueron casos que se presentaron como férreos competidores del oficialismo de turno, aunque no en todos ellos los resultados electorales hayan sido los esperados por sus dirigentes. Como puntos en común, todas estas coaliciones presentaron grados de acuerdo multinivel altos o medios altos. Salvo pequeñas diferencias, todas las mencionadas presentaron estructuras políticas bien distribuidas en el territorio y mesas directivas balanceadas en términos de su representación territorial. Sin embargo, lo más destacado y que se contrapone al caso de las coaliciones formadas por el peronismo es que estos cinco casos se formaron en la oposición al gobierno nacional. Motivo por el cual, si al Partido Justicialista le resultó útil ocupar el Sillón de Rivadavia para ordenar a la tropa, en el caso de los dirigentes no peronistas los acuerdos se alcanzaron a pesar de estar fuera de la Casa Rosada y de ir cambiando su morfología interna[3].

La última regularidad que quiero destacar es en tres agrupamientos de casos distintas: las coaliciones peronistas disidentes (MPUyL, FJUyL, CompFed11 y 15, FP y UNA), las formadas por nuevos actores partidarios (APR, ARI y MFRC) y las integradas por partidos trotskistas (FIT 11 y 15). Los primeros refuerzan la asociación entre el modelo de construcción por penetración territorial y un bajo grado de acuerdo multinivel. Valga la redundancia, los dirigentes que impulsaron estas coaliciones lo hicieron desde distritos específicos del país aprovechando los recursos políticos provistos por una gobernación (San Luis en el caso de MPUyL, FJUyL, y CompFed11 y 15) o bien cierto grado de desarrollo político concentrado en una provincia (Buenos Aires para UNA y FP). Desde estos bastiones electorales fue que un conjunto reducido de dirigentes peronistas disidentes con estructuras partidarias propias y un grupo acotado de aliados nacionales con escaso peso electoral intentaron competir contra el oficialismo de turno: el Frente para la Victoria (FPV). En lo que respecta a los dos agrupamientos restantes, salvo el caso de APR, todas las demás coaliciones entran dentro de los casos contradictorios. Esto es, o bien conformaron una estructura política extendida en el territorio, y una mesa directiva balanceada y concentrada (ARI), o viceversa (MFRC, FIT 11 y 15). Cualquiera sea el caso, en ambos grupos son notorias las dificultades que tuvieron sus dirigentes para lograr un alto grado de acuerdo multinivel en un escenario de desnacionalización partidaria sostenido con posterioridad al 2001 (Calvo y Escolar 2005, Varetto 2017).

 

Conclusiones

El objetivo de este post se centró en sintetizar los hallazgos de un paper en producción que busca encontrar la relación entre el modelo de construcción coalicional y el grado de acuerdo multinivel alcanzado por las elites partidarias que los impulsaron.

Entre los principales hallazgos, puedo indicar que existe una relación entre las variables desarrolladas. Si bien la asociación es más fuerte entre el modelo de penetración territorial y un bajo grado de acuerdo multinivel (100% de los casos identificados), uno puede considerar que las coaliciones que se forman por difusión territorial tienen a lograr mayores grados de acuerdo (67%). La cantidad de casos que no siguen lo propuesto en el marco teórico (4 casos, 31%) o bien son presentados como contradictorios (4 casos) no debilitan la relación planteada.

Este trabajo deja abierta una agenda de investigación en dos líneas posibles. En primer lugar, profundizar los casos estudiados a partir de la configuración de condiciones causales que produzcan un determinad fenómeno. Esto es, cuál es la combinación de condiciones que favorecen o perjudican grados de acuerdo multinivel altos. Para ello, resulta conveniente avanzar hacia el método cualitativo comparado (QCA). En segundo lugar, precisar sobre casos específicos que presenten modelos contrapuestos de construcción y lleguen a resultados también diferentes. Para ello, resultará necesario aplicar el método configuracional comparado junto al process-tracing. Porque, en definitiva, el estudio de las coaliciones, sus tipos y sus procesos formativos aún deja tela para cortar en América Latina.

 

 

Bibliografía

Calvo, Ernesto y Marcelo Escolar. 2005. La nueva política de partidos en la Argentina. Crisis política, realineamiento partidarios y reforma electoral. Buenos Aires: Prometeo – PENT.

Cruz, Facundo. 2014. “¿Socios de menor nivel? Aportes para el estudio de las coaliciones subnacionales en sistemas políticos multinivel”. Revista Uruguaya de Ciencia Política 23 (1): 11-39.

Cruz, Facundo. 2019. Socios pero no tanto. Partidos y coaliciones en Argentina, 2003-2015.  Buenos Aires: Eudeba.

George, Alexander y Adrew Bennett. 2005. Case Studies and the Development of Theory. Cambridge: The MIT Press.

Goertz, Gary y James Mahoney. 2012. A Tale of Two Cultures: Qualitative and Quantitative Research in the Social Sciences. Princeton: Princeton University Press.

Leiras, Marcelo. 2007. Todos los caballos del rey. La integración de los partidos políticos y el gobierno democrático en la Argentina, 1995-2003. Buenos Aires: Prometeo.

Panebianco, Angelo. 1990. Modelos de partidos. Organización y poder en los partidos políticos. Madrid: Alianza.

Suárez Cao, Julieta, Margarita Batlle y Laura Wills-Otero. 2017. “El auge de los estudios sobre la política subnacional en latinoamérica”. Revista Colombia Internacional 90 (abril-junio): 15-34.

Varetto, Carlos. 2017. Las múltiples vidas del sistema de partidos en Argentina. Villa María: Eduvim.

 

[1] Para un desarrollo detallado pueden ingresar a la sección correspondiente en la tesis doctoral (http://bit.ly/2UutWsc).

[2] Para un detalle de los casos, remitirse a la tesis doctoral (Tabla N° 6, pp. 111, en http://bit.ly/2UutWsc).

[3] No todas las coaliciones estuvieron formadas por los mismos partidos.

Share this post:


Is PhD in Political Science from the National University of San Martín. He currently serves as Academic Coordinator of the Government Department at the Universidad Argentina de la Empresa. He is Professor and Researcher at the University of Buenos Aires and the Torcuato Di Tella University. His areas of study are focused on political coalitions, political parties and electoral competition.
Facundo Cruz